Relato: La Fiesta
15:30
No es fácil empezar, después de leer mi historia lo entenderán. Vivía en una pequeña casa, aislada de la ciudad, ya que por la enfermedad de mi madre nos tuvimos que mudar aquí, mi mamá tenía pánico a la gente y se alteraba demasiado.
En mi casa somos tres, mi madre, mi medio hermano y yo, mi papá murió cuando yo tenía sólo siete años.
Como decía, la casa es pequeña, pero tenebrosa, y mis compañeros de curso lo sabían, por eso insistieron celebrar aquí la fiesta de Halloween, a lo cual accedí.
Llegó el día, todos mis amigos y yo estábamos en mi casa, pero en mitad de la fiesta a alguien se le ocurrió proponer:
- Juguemos a la ouija. Todos aceptaron.
Lo preparamos todo minuciosamente, hasta el último de los detalles, ocupamos nuestros puestos y comenzamos la invocación. Increíblemente el testigo respondió inmediatamente a nuestra llamada, se habían cumplido nuestras expectativas. Pero de repente una extraña sensación llegó a mí ser, se escuchaban gritos en la segunda planta, un frío penetró de golpe las almas de todos los presentes y una ráfaga de viento abrió bruscamente las ventanas, todos quedamos impasibles. ¿Qué estaba pasando?, al fin reaccionamos y algunos empezaron a gritar, otros reaccionaron riéndose, como si quisieran creer que todo era una broma. Pero no, en mi casa nunca habían pasado cosas así.
Pasados unos segundos, el silencio volvió y los ánimos se iban calmando, pero de pronto uno de nuestros compañeros rompió el silencio, estaba pronunciando palabras que ninguno de nosotros podía entender, parecía que hablaba en latín. Algunos empezaron a reír y otros no lo soportaban más, querían que se callase, pero él no paraba, los ánimos se caldearon de nuevo y una amiga empezó a pelearse brutalmente con un compañero.
El panorama era dantesco, unos reían como endemoniados otros gritaban, se peleaban y varios cayeron desmallados, era horroroso e insoportable.
Por fin llegó un momento de calma, pero no duro mucho, una nueva oleada de cólera descontrolada invadió a los allí presentes, los gritos aumentaron, ya no se podía más, era horrible, la sangre salpicaba las paredes, el testigo de la ouija se movía solo, pero de forma controlada, pude leer:
- Fue un gran error…
A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en aquella sala, yo intentaba mantenerme tranquila y razonable, pero no aguante mucho, el tablero empezó a temblar bruscamente y del salió un resplandor, allí pude ver a mi padre, él estaba provocando todo esto, ahora sabía lo que estaba ocurriendo, habíamos abierto la puerta, y él no se iba a perder tan esperada cita por nada del mundo, buscaba venganza…Pero…¿Por qué?.
Reaccioné inmediatamente y subí las escaleras de tres en tres, tenía que encontrar a mi madre, pero al llegar al segundo piso la encontré muerta, y mi hermano yacía muerto a su lado. ¿Por qué los mató?...
Poco después encontré el diario de mi madre, allí encontré todas las respuestas. Mi madre lo había asesinado, junto con el papá de mi medio hermano, mi padre había cumplido su amenaza…
Ahora entiendo los gritos, eran ellos, de un día a otro mi familia y mis amigos habían desparecido para siempre. Nunca olvidaré aquel Halloween.
En mi casa somos tres, mi madre, mi medio hermano y yo, mi papá murió cuando yo tenía sólo siete años.
Como decía, la casa es pequeña, pero tenebrosa, y mis compañeros de curso lo sabían, por eso insistieron celebrar aquí la fiesta de Halloween, a lo cual accedí.
Llegó el día, todos mis amigos y yo estábamos en mi casa, pero en mitad de la fiesta a alguien se le ocurrió proponer:
- Juguemos a la ouija. Todos aceptaron.
Lo preparamos todo minuciosamente, hasta el último de los detalles, ocupamos nuestros puestos y comenzamos la invocación. Increíblemente el testigo respondió inmediatamente a nuestra llamada, se habían cumplido nuestras expectativas. Pero de repente una extraña sensación llegó a mí ser, se escuchaban gritos en la segunda planta, un frío penetró de golpe las almas de todos los presentes y una ráfaga de viento abrió bruscamente las ventanas, todos quedamos impasibles. ¿Qué estaba pasando?, al fin reaccionamos y algunos empezaron a gritar, otros reaccionaron riéndose, como si quisieran creer que todo era una broma. Pero no, en mi casa nunca habían pasado cosas así.
Pasados unos segundos, el silencio volvió y los ánimos se iban calmando, pero de pronto uno de nuestros compañeros rompió el silencio, estaba pronunciando palabras que ninguno de nosotros podía entender, parecía que hablaba en latín. Algunos empezaron a reír y otros no lo soportaban más, querían que se callase, pero él no paraba, los ánimos se caldearon de nuevo y una amiga empezó a pelearse brutalmente con un compañero.
El panorama era dantesco, unos reían como endemoniados otros gritaban, se peleaban y varios cayeron desmallados, era horroroso e insoportable.
Por fin llegó un momento de calma, pero no duro mucho, una nueva oleada de cólera descontrolada invadió a los allí presentes, los gritos aumentaron, ya no se podía más, era horrible, la sangre salpicaba las paredes, el testigo de la ouija se movía solo, pero de forma controlada, pude leer:
- Fue un gran error…
A pesar de todo lo que estaba ocurriendo en aquella sala, yo intentaba mantenerme tranquila y razonable, pero no aguante mucho, el tablero empezó a temblar bruscamente y del salió un resplandor, allí pude ver a mi padre, él estaba provocando todo esto, ahora sabía lo que estaba ocurriendo, habíamos abierto la puerta, y él no se iba a perder tan esperada cita por nada del mundo, buscaba venganza…Pero…¿Por qué?.
Reaccioné inmediatamente y subí las escaleras de tres en tres, tenía que encontrar a mi madre, pero al llegar al segundo piso la encontré muerta, y mi hermano yacía muerto a su lado. ¿Por qué los mató?...
Poco después encontré el diario de mi madre, allí encontré todas las respuestas. Mi madre lo había asesinado, junto con el papá de mi medio hermano, mi padre había cumplido su amenaza…
Ahora entiendo los gritos, eran ellos, de un día a otro mi familia y mis amigos habían desparecido para siempre. Nunca olvidaré aquel Halloween.
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